Si hay un plato saludable y barato, esas son las sardinas. Los meses que no tienen ‘r’ es cuando están más ricas. En mi tierra, se comen unos espetos que quitan el ‘sentío’. Es todo un arte ensartar las sardinas en una caña y ponerlas al fuego hasta que estén asadas pero sin quemarlas.
En casa, antes no las hacía por el olor que dejan al cocinarlas pero, desde que las horneo, las comemos a menudo y salen mucho más jugosas que a la plancha o a la barbacoa. Eso sí, ¡nada de olor!.
Ingredientes:
- Sardinas
- Sal gorda
- Limón y perejil
- Papel para hornear
Modo de preparación:
- Colocar papel sobre la bandeja del horno.
- Echar sal por toda la superficie como si estuvieras abonando
- Disponer en varias filas las sardinas
- Añadir sal por encima
- Introducir en el horno en modo gratinador a máxima potencia.
- Cuando los ojos de las sardinas se pongan blancos y la piel comience a despegarse, están listas para comer.
Si quieres, puedes aliñarlas con un poco de limón y perejil. Espero que me cuentes si te gustan y si las preparas de otra forma. Todos los días es bueno aprender algo.
Besos